A todos los videógrafos nos ha pasado. Trabajamos con mucho cariño y amor a lo que hacemos. Nos esforzamos al máximo en cada vídeo. Pero a veces no es suficiente y surgen los clientes insatisfechos, a los que no les gusta el vídeo de boda que hemos hecho. Yo se que el día de tu boda es uno de los más importantes de tu vida. Que cada detalle, desde el vestido hasta la decoración, se planifica meticulosamente para crear un día inolvidable, pero a veces ésto ocurre.
Normalmente cuando contratas un vídeo de boda con un videógrafo, has visto como trabaja, has visto otros vídeos de bodas y en general te gusta su trabajo. Pero a veces pasa. Una música, un plano aquí o allá, pueden hacer, que a pesar de todos los esfuerzos que realizamos, el vídeo de boda no cumpla con tus expectativas. Pero no te preocupes, si estás en esta situación, aquí te cuento, paso a paso, qué hacer si no te gusta tu vídeo de boda.
Tómate un tiempo para procesarlo
La primera reacción ante un vídeo que no te guste puede ser emocional. Antes de tomar decisiones drásticas, date un tiempo para calmarte y reflexionar sobre lo que realmente no te gustó. Puede ser útil ver el vídeo varias veces para tener una perspectiva más clara. A veces, lo que parece un problema en un primer visionado puede no serlo tanto después de un tiempo. Y en ocasiones, pedir una segunda opinión ayuda. Muchas veces, una perspectiva externa puede ayudarte a ver cosas que quizás no habías considerado.
También hay que tener en cuenta tus expectativas. Todo el mundo tiene expectativas altas para el vídeo de su boda, pero a veces estas pueden ser poco realistas. ¿Es el estilo, la narrativa, o simplemente la emoción capturada? Me ocurre en muchas ocasiones que parejas que quieren planos con una preciosa luz de atardecer se sienten insatisfechos cuando esa luz no existe por que la ceremonia de su boda se celebra al aire libre un sábado de septiembre a las 12 del medio día. Aceptar que no todo puede ser perfecto puede ayudarte a poner las cosas en perspectiva.
Revisa el contrato
Sí, el contrato son todos esos papeles que firmas y en los que normalmente se exponen las formas de trabajar y cómo va a ser el producto final. Antes de abordar cualquier problema, revisa el contrato que firmaste con el videógrafo. Esto es muy importante, ya que puede contener información sobre revisiones, entregas, plazos o formas de trabajar. Conocer tus derechos y lo que se comprometió a hacer, te dará una base sólida para discutir tus inquietudes con el profesional. Yo por ejemplo no tengo problemas en hacer cambios, al fin y al cabo es el vídeo de vuestra boda, pero hay videógrafos que pueden aceptar revisiones mínimas en sus trabajos.
Comunicación, siempre comunicación
La comunicación es fundamental. Una vez que hayas identificado aquellas cosas que no te gustan, contacta con el videógrafo. Creo que es importante abordar la situación de manera constructiva, expresando las cosas que no te gustan o que cambiarias de forma clara y respetuosa. Además cuanto más específicos sean tus comentarios, más fácil será para el videógrafo entender tu perspectiva y realizar ajustes. A veces el mundo audiovisual es complejo y podemos no llegar a entendernos, especialmente si hablamos por teléfono o por Whatsapp.
- Calidad de la imagen: ¿Los colores son demasiado apagados o demasiado brillantes?
- Edición: ¿Los cortes son demasiado bruscos o no fluyen bien?
- Momentos perdidos: ¿Faltan momentos clave que esperabas ver, como los votos o el primer baile?
- Música: ¿La música elegida no se ajusta al tono que imaginabas?
Pregunta por ajustes o re-ediciones
Muchos videógrafos estamos dispuestos a hacer los cambios necesarios para que nuestros clientes queden satisfechos. Se pueden hacer reediciones o añadir músicas diferentes, aunque difícilmente se pueden incluir momentos o personas que no estén grabados. Dependiendo del profesional y de lo firmado en el contrato, es importante tener en cuenta que algunos cambios pueden implicar costes adicionales, así que asegúrate de preguntar de antemano.
En resumen, si no te gusta tu vídeo de boda, casi todo tiene solución. La comunicación abierta y honesta, junto con una actitud positiva, pueden llevarte a una solución satisfactoria. Y recuerda, al final del día, lo más importante es que celebraste un momento único en tu vida.