El tiempo vuela y ya estamos en febrero. Ya pasó la navidad. Como se suele decir, parece que fué ayer que estábamos cerrando  la temporada anterior, acabando los últimos vídeos,  cerrando flecos y ya estamos preparando esta.

Esta temporada la voy a empezar mucho antes. A mediados de marzo ya estaré de boda. La verdad es que tengo ganas de empezar, salir del letargo del invierno y volver a moverse y a grabar sin parar.  Y mientras hago preparativos, compro equipo y lo preparo todo,  me planteo la temporada llena de retos. Hacer mejores vídeos, sobre todo. No más cantidad, pero si con más calidad. Más espectaculares. Historias para emocionar

Tengo nuevo equipo, que hay que aprender a manejar. Los resultados prometen ser espectaculares. Cinematografía de bodas en estado puro. Con nuevos juguetes, para que los planos sean más y mejores y hacer mejores vídeos de boda, en definitiva.

Por que todo lo que hago no es posible sin las parejas para las que trabajo. Es a vosotros a los que os tiene que gustar mi trabajo. A mi me gusta, me gusta como lo hago y creo que no lo hago mal del todo. Pero os tiene que gustar a vosotros. Os tiene que emocionar, os tiene que volver a hacer sentir todo lo que sucedió el día de vuestra boda.

Este año promete. Yo prometo poner toda la carne en el asador. Y entregaros un recuerdo para toda la vida. Mil y una historias para emocionar