La calidad de los vídeos de boda ha dado un salto enorme en los últimos años. No sólo en cuanto a la forma de grabar, que como ya comentamos en una entrada anterior si no a la calidad de imagen que tienen las cámaras actuales. Todos los videógrafos de bodas trabajamos en alta definición y algunos disponemos de equipos que son capaces de grabar en 4K.
Esto, que aparentemente a la mayoría de las parejas puede no importarles, es muy importante a la hora de hacer y sobre todo entregar un trabajo y los videógrafos de bodas lo tenemos muy en cuenta. Por que cuanta más resolución tenga el vídeo que os entreguemos, mayor calidad tendrá ya que mayor será la imagen. Podéis ver una comparativa en esta imagen.
La grabación de vídeos de bodas se empieza a convertirse en algo habitual con la popularización de las cámaras de vídeo y los formatos domésticos en los años 80. Hasta entonces las cámaras de vídeo estaban únicamente reservadas a los profesionales de televisión, y tenían un coste tan alto, que sólo las grandes cadenas de televisión podían asumir.
A partir de los años 80 con la popularización del VHS y el abaratamiento de las cámaras, se comienzan a realizar vídeos de boda. La calidad que ofrecía el VHS, independientemente de la calidad estética de las grabaciones, era suficiente para los antiguos televisores de 4:3, pero al no ser un formato digital, cada vez que se realizaba una copia, se degradaba la calidad de la imagen, sobre todo en el proceso de postproducción, al obtener un vídeo final en VHS a partir de una grabación en VHS o en Súper VHS posteriormente.
En los años 90 surge un formato que fué una auténtica revolución para los videógrafos de boda. El formato miniDV tenía una resolución de 720 puntos horizontales por 576 verticales, y aún en formato 4:3 tenía una calidad de casi el doble que el VHS. Eso unido a que era un formato digital, hizo que se impusiera como formato estándar para la realización de vídeos de boda hasta bien entrados los 2000. El miniDV o DV tenía básicamente varias ventajas:
- Mucha más resolución que el VHS.
- Grabación digital en cinta.
- Misma resolución nativa que el DVD.
- Posibilidad de grabación en 16:9.
El miniDV posibilitó junto con la estandarización del DVD la posibilidad de entregar un trabajo de alta calidad, con una postproducción más cuidada y en un formato, como el DVD que tenía el doble de calidad que un VHS.
A partir del año 2005 se produce otra revolución, y es la aparición de las primeras pantallas planas de plasma. Estas pantallas de alta resolución y con un tamaño mucho más grande que los antiguos televisores de tubo en 4:3 hacen que los videógrafos de bodas tengamos que ofrecer un producto acorde con la calidad de donde se va a mostrar. El VHS que tenía una calidad aceptable para una televisión en 4:3 tiene ahora un aspecto horroroso, con muy poca resolución, si se visiona en una televisión de 32″ HD, por lo que los videógrafos de bodas nos vemos obligados a trabajar con formatos con más resolución, ya que nuestros clientes demandan cada vez más calidad. El miniDV evoluciona hacía el HDV, que conseguía grabar una señal en alta definición en la misma cinta. Supuso un salto de calidad aún mayor, pasando de los 720×576 píxeles a 1280×720 píxeles. Se trataba de un formato en alta definición, aunque el trabajo final se seguía entregando en DVD.
La llegada de las cámaras de vídeo HD y sobre todo, las cámaras reflex que graban vídeo, hicieron que el formato que se impusiera finalmente fuera el Full HD o 1080, que tiene una resolución nativa de 1920×1080 píxeles, y que actualmente es el estándar de alta definición.
Todos los videógrafos de bodas trabajamos en alta resolución. Pero al entregar nuestros trabajos se presenta la gran cuestión. ¿En qué formato entregamos el trabajo? ¿DVD, un USB con los archivos en HD, Blu-Ray?
Veamos uno por uno cada formato, y sus ventajas y desventajas.
El DVD es el formato estándar. Tiene como ventaja que es un formato muy extendido. La mayoría de la gente tiene un reproductor en casa y también la mayoría de los ordenadores incluyen un reproductor-grabador de DVD. Es fácil de usar y además con la autoría de DVD es muy fácil acceder a las diferentes escenas y menús. Se puede personalizar, tanto el contenido del DVD con distintos tipos de menús, como su exterior, pudiéndose estampar con fotografías, y personalizar con todo tipo de carátulas. El gran inconveniente que tiene es su resolución. Soporta una resolución de 720×576 píxeles, por lo que aunque los videógrafos trabajemos en alta definición, la imagen se comprimirá al codificarla para el DVD. Como el DVD tiene una imagen comprimida más apta para el formato 4:3 que para los televisores panorámicos actuales, esto hará que la imagen no se vea todo lo bien que debiera verse, estropeando el resultado final.
El Blu-Ray es el formato de disco de alta definición que se estandarizó en la industria por delante de otras opciones. Tiene las ventajas del DVD en cuanto al formato en si, como son la posibilidad de incluir menús interactivos, y la personalización total, tanto de los menús como del exterior, disco y carátula. Permite archivos de alta definición, manteniendo toda la resolución con la que se ha grabado el vídeo y dado que tiene una capacidad de 23 Gb no tiene prácticamente compresión. Su gran inconveniente es que muy pocas personas tienen reproductor de Blu-Ray, ya que no está tan extendido ni en reproductores domésticos, ni en ordenadores como lo está el DVD.
El USB presenta las ventajas del Blu-Ray en cuanto a capacidad y a la reproducción de archivos en alta definición. De este modo no se pierde nada de calidad desde el momento de la grabación hasta la entrega del vídeo final. Habitualmente los vídeos se codifican en el estándar MP4, que es un códec ámpliamente aceptado por televisiones y reproductores multimedia. También tiene la ventaja de la personalización del USB y de la caja, ya que se pueden serigrafiar, grabar al láser y elegir multitud de maderas y colores. Por contra tiene el inconveniente de que no todas las televisiones son smart TV y reproducen vídeo, con lo cual, en caso de que no tengamos un televisor así o un reproductor multimedia, nos veremos obligados a verlo en el ordenador.
Como videógrafos de bodas os ofrecemos cualquiera de las opciones para entregaros vuestro vídeo de boda. Además os entregaremos, independientemente del formato elegido para la entrega del trabajo, dos copias adicionales en DVD.
En todo caso la elección es vuestra.