Hoy comienzo el primero de una serie de artículos que más allá de los vídeos de boda hablarán de tecnología. Muchas  veces vemos el producto acabado, el final, pero no sabemos cómo se ha llegado hasta ahí. Hay mucho trabajo detrás, trabajo que no se ve, horas de grabación y edición, y aunque la herramienta no hace al videógrafo es más importante de lo que parece. Hoy hablaré del vídeo con DSLR.

Los vídeos de boda han evolucionado un montón en los últimos años. Eso es un hecho innegable. Antes hacíamos vídeos  de boda largos, muy largos. Aburridos, muy poco atractivos visualmente, zoom hacia delante, zoom hacia atrás, y  hablando claro eran un auténtico coñazo.

Ahora hacemos películas. O si lo preferís, vídeos de boda con aspecto cinematográfico. La fotografía y videografía de bodas han dejado de ser el patito feo del mundo audiovisual. Todo el mundo hace y quiere hacer vídeos de boda.

Gran parte (si no toda) la culpa de que los vídeos de boda hayan evolucionado hacia lo que tenemos hoy, lo tienen las cámaras DSLR o cámaras reflex. Para los profanos de la materia, y sin entrar en muchos más detalles, son cámaras de fotos que graban vídeo. ¿Nos hemos vuelto todos locos? La verdad es que si. Cuando le dices a alguien que en realidad no vas a grabar su boda con una cámara de vídeo, si no que vas a utilizar una cámara de fotos, te miran raro. Pero cuando ven el resultado, les cambia la cara.

Fué Canon la que allá por el año 2007 introdujo en el mercado las primeras cámaras reflex con capacidad de grabar vídeo. Esto, que hoy en día se ve como una cosa normal y corriente, y cuando podemos hacer auténticas virguerías con nuestro iphone, supuso una auténtica revolución en el mundo de los vídeos de boda. ¿Pero es que antes de esto no existían las cámaras de vídeo? Si, si que existían, pero eran otra cosa. Y hacían otra cosa.

Hacer vídeo con DSLR tienen dos ventajas  fundamentales sobre la grabación con unacámara de vídeo tradicional:

  • Aspecto cinematográfico de la imagen.
  • Capacidad de manejar la profundidad de campo de forma creativa.

Estas dos ventajas están íntimamente relacionadas entre si. Lo que todos consideramos una imagen cinematográfica es básicamente una imagen con muy poca profundidad de campo, en la que el primer plano está a foco y el fondo desenfocado. Y esto depende fundamentalmente de dos factores, de la óptica y del tamaño del sensor.

Las cámaras de vídeo tradicionales, incluso las que se utilizan en televisión, suelen tener uno o varios sensores (en función del tipo de cámara) que son los que captan la imagen. El tamaño de estos sensores, incluso en cámaras profesionales de televisión no suele superar el tercio de pulgada (aproximadamente un centímetro de tamaño horizontal)

Cuanto más pequeños sean estos sensores, mayor profundidad de campo tienen y viceversa. Es decir, cuanto mayor sea el sensor, menor será la profundidad de campo. Esto unido al uso de ópticas fotográficas, hace que haciendo vídeo con DSLR se obtenga esa imagen cinematográfica, con los fondos desenfocados y que es tan atractiva visualmente.

Los vídeos de boda han tenido una evolución brutal en los últimos años. Gracias a la tecnología, y también gracias a nuevos videógrafos que han aportado un aire fresco a este mundo. Ya no se tiene al vídeo de boda como algo cutre. Ahora el vídeo de boda ha cambiado. Es un producto audiovisual de primer nivel.

Como tampoco voy a aburriros más, lo dejaremos aquí por hoy. Volveré a escribir sobre tecnología y sobre cámaras DSLR.