La imagen actual de los vídeos de boda se nutre directamente del mundo del cine. Hace tiempo que nos olvidamos de esos eternos zooms hacia delante, hacia atrás y movimientos hacia los lados. Hoy en día un vídeo de boda tiene una estética cinematográfica única.
Como en el cine, cada videógrafo tiene su propio estilo. Los hay que graban planos más largos, a los que les gustan más los movimientos o incluso grabar cámara en mano. Las grabaciones con la cámara en mano aportan mucho movimiento al vídeo, ya que los planos son mucho más dinámicos.
En mi caso particular, y dentro de esta serie de imprescindibles para un vídeo de boda, hay un elemento que considero fundamental: el monopie. Me gustan los travellings bien hechos (con gimbal, claro) pero también me gustan mucho los planos fijos y ahí es donde entra en juego el monopie. Conseguiremos tener planos estáticos, sin movimientos raros ni trepidaciones y con un elemento mucho más ligero que un trípode, y, sobre todo, más versátil, que ocupa menos espacio, aunque no sea tan estable ni para realizar grabaciones largas como un trípode.
¿Qué tiene que tener un buen monopie?
Como todos los productos relacionados con la imagen, la fotografía y el vídeo, hay monopies de más o menos calidad. Al igual que hay cámaras en el mercado que van desde la iniciación a la fotografía hasta cámaras profesionales, con los accesorios ocurre lo mismo. Ya hablamos en un artículo anterior acerca de los filtros ND la necesidad de utilizar un buen filtro en un buen objetivo. Con los trípodes y monopies, ocurre lo mismo, deberemos tener un buen soporte para que nuestros planos sean lo mejor posibles.
El uso que se ha dado siempre a los monopies ha sido el de soportar el peso de la cámara. Tradicionalmente se utilizaban en fotografía cuando acoplábamos a la cámara un objetivo de grandes dimensiones, como son los grandes teleobjetivos. Dado el peso de estos objetivos, es necesario tener el peso apoyado en algún elemento, y cuando se utilizan objetivos de grandes distancias focales, el monopie no se rosca a la cámara, sino que se rosca al anillo especial que lleva el objetivo. De esta manera evitaremos estropear la montura de la cámara si utilizamos un objetivo de 2 o 3 kilos que está solo sujeto sobre el anillo de la montura.
Para este uso fotográfico, se utilizan monopies simples. El monopie más sencillo no es más que un soporte que está formado por tubos metálicos. Digo tubos, porque al igual que los trípodes, normalmente se pueden plegar para ocupar menos espacio. A partir de ahí llevan un pie de goma para que el monopie no se deslice y un cabezal, que en el caso más sencillo lo único de lo que dispone es una rosca estándar para que podamos roscarlo a nuestra cámara o al objetivo.
A medida que se fue haciendo más común el uso de cámaras réflex, dslr o sin espejo para la grabación de vídeo, fueron surgiendo en el mercado monopies con más prestaciones. Los monopies más simples son ligeros y de funcionamiento fiable, pero si vamos a utilizarlo en momentos puntuales, o vamos a montar y desmontar la cámara del monopie, uno que no disponga de zapata, y solo tenga una rosca directa, será un engorro a la hora de utilizarlo.
Por tanto, uno de los puntos fundamentales de un monopie adecuado para vídeo es que éste tenga zapata rápida (sea del fabricante que sea) para poder montar y desmontar la cámara rápidamente.
Monopie para vídeo
Si utilizamos un monopie simple en vídeo, nos daremos cuenta en seguida de otro problema. Y es que no podremos hacer movimientos verticales, tanto de subida como de bajada. Al estar roscado a la cámara, todos nuestros planos serán paralelos al objetivo. Esto se soluciona con las cabezas fluidas. Al igual que un trípode tiene movimientos verticales y horizontales, los monopies con cabezal específico para vídeo disponen de un movimiento vertical fluido, con el que podremos grabar este tipo de movimientos sin ningún problema. Además, al igual que los trípodes, dispondremos de un brazo regulable para poder realizar el movimiento con mayor precisión.
Y os preguntaréis, ¿y cómo hago un movimiento lateral? Hacer un movimiento lateral con cualquier monopie es muy sencillo. Tan solo tendremos que girar la cámara sobre el propio monopie. Habitualmente en la parte baja llevan un taco de goma para evitar que resbale, y al igual que muchos trípodes, también se puede cambiar este accesorio por un pincho metálico para el caso de que estemos en un lugar donde se pueda clavar.
Estos movimientos a veces no son demasiado fluidos, o bien porque no los hacemos correctamente, o bien por que la superficie no permite girar el monopie con la fluidez que nos gustaría. Ahí entra en juego otro accesorio, en mi opinión fundamental, para los monopies. En realidad, más que un accesorio, es algo que los monopies más profesionales incorporan, ya que no se puede acoplar a cualquier monopie.
Se traba de la rótula inferior que nos permitirá hacer movimientos laterales con total suavidad. Esta rótula, además, lleva, para mantener la estabilidad del monopie, tres patas que se abren y se colocan sobre el suelo. De esta forma no solo tendremos un punto de apoyo, sino que tendremos tres.
Como todo en el mundo de la fotografía y del vídeo, hay accesorios para todos los gustos, y, sobre todo, para todos los precios. Mi recomendación es invertir en un buen monopie, de una marca reconocida. Además de calidad en los materiales, conseguiremos que no se estropee ni se desgaste de manera prematura si se usa de manera profesional. Lo ideal sería probar varios, y quedarnos con el que más se adapte a nuestra manera de grabar.
En mi trabajo diario de grabación de vídeos de boda es un elemento que considero imprescindible en mi equipo. Incomodo de llevar en ocasiones cuando vas muy cargado, pero imprescindible a la hora de obtener planos perfectamente estáticos y para situaciones, como son las ceremonias, en las que en ocasiones grabamos clips de vídeo largos (como por ejemplo las lecturas de los invitados) y en los que es fundamental mantener el plano.