No, no os voy a invitar a una caña y a unas tapas. Ya me gustaría, que las redes sociales están muy bien, pero está mejor verse la cara de vez en cuando.

Hoy os voy a enseñar un vídeo muy especial. En realidad más que el aperitivo es el postre, por que fué la última boda de 2016.  Digo que es muy especial por que fué la última boda de la temporada de bodas en Madrid (ya había ganas de ir acabando) y sobre todo por que Elo y Jesús hicieron que fuese un gran día.

Después de una temporada de bodas en Madrid y de compartir mil y una historias con las parejas, inconscientemente, sin quererlo, sin pretenderlo, hay bodas que te llegan más y de las que tienes un mejor recuerdo. En mi caso suelen ser la primera y la última de la temporada de bodas en Madrid. La primera por que estás desentrenado, no tienes el ojo fino todavía y hay, por qué no decirlo, ciertos nervios, como si fuese la primera vez, aunque al final el resultado fué uno de los mejores. Y la última, por qué no decirlo también, por que estás deseando acabar y descansar por fin. Entre medias ha habido muchas parejas, muchas historias, muchas horas de trabajo y también mucha satisfacción cuando han visto el trabajo acabado y se han quedado con la boca abierta.

La historia de Elo y de Jesús podría ser una historia como muchas otras. Chica conoce a chico, se gustan, se enamoran, viven juntos, tienen hijos… y un buen día deciden casarse. Como digo nada del otro mundo. Cada vez más parejas hacen el camino al revés y se casan cuando les apetece.

¿Qué tiene esta boda de especial? Pues primero que me lo pasé muy bien. Elo y Jesús son de esas personas que hacen que te sientas super agusto currando con ellos, cosa que se agradece en estos días en que el tío ese del vídeo a veces es el último mono del que nadie se preocupa. Y después, por que todo lo que podía salir mal salió mal. Pero se arregló, que es lo importante. Y en el camino nos echamos unas risas. Novia que a 15 minutos de casarse no tiene ramo (por que alguien se olvidó de él) un concejal muy borde, un ahora no te caso, un no te preocupes Elo, que verás como te casas, las niñas que no llegan, un al final me caso sin mis hijas y al final la sonrisa, cuando el concejal borde se convierte cual mariposa (que cursi ha quedado eso) en un tio muy majete y enrrollado que te va a casar, llegan las niñas y todo se arregla.

Y claro, luego vino lo mejor. Lo celebraron por todo lo alto y fueron felices y comieron perdieces. ¿Qué más se puede pedir? Pues un vídeo de recuerdo como este.